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LEISHMANIA EN OTOÑO

¿Qué es la leishmania y cómo se transmite?  

    La leishmania infantum es un parásito intracelular que se transmite a través del Phlebotomo, conocido como “mosca de la arena” o “mosquito de la leishmania” y afecta a los perros, gatos y al hombre. Actualmente se ha demostrado la transmisión de la enfermedad por vía placentaria, es decir, de madres a hijos en una camada de perros. No se ha demostrado la transmisión a través de ningún otro parásito ni por contacto directo con un animal infectado.



¿Qué ocurre cuando el phlebotomo pica e inocula la leishmania a mi perro?

    El periodo de incubación del parásito dentro del perro, desde que lo inocula el phlebotomo, varía de meses hasta un año. El animal desarrollará la enfermedad en la mayoría de los casos dando unos síntomas muy inespecíficos y variables, desde problemas de piel hasta diarreas, vómitos o uveítis.
    Hay animales que son portadores de la enfermedad pero su sistema inmunitario es capaz de luchar contra ella y no permite que enfermen. Este estado inmunitario, vamos a llamarlo “ideal”, se consigue con una vida saludable para el animal: alimentación de calidad, estar desparasitado regularmente, hacer ejercicio periódicamente… de ahí la importancia de los cuidados a nuestras mascotas.



¿Ha finalizado ya la época de riesgo de Leishmania? 

    Con la llegada del otoño se vuelven a dar las condiciones ambientales propicias para el phlebotomo: aumento de la humedad relativa y temperaturas entre 16 y 24 grados centígrados. Las zonas ajardinadas como parques y jardines son el hábitat ideal para la vida y desarrollo de la mosca de la arena. Tenemos la falsa creencia de que las playas en verano son las zonas de mayor riesgo para el contagio de nuestro perro y lo sobreprotegemos cuando nos los llevamos de vacaciones en la temporada estival.
  
                         


Si tengo en casa dos mascotas y una enferma, ¿puede contagiar a la otra?

    La leishmania necesita un periodo de incubación dentro de la mosca para ser infectante, es decir, las posibilidades de que un perro enfermo pueda infestar a otro perro/gato que convive con él en la misma casa son casi imposibles, ya que el mosquito no permanece en el mismo lugar durante mucho tiempo.


Una curiosidad…

    La única raza de perro que no desarrolla la enfermedad es el Podenco ibicenco. El sistema inmunitario de estos perros ha servido como modelo para el desarrollo de la vacuna contra la leishmaniosis canina que llevamos utilizando desde hace casi dos años en España.


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